No
es cuestión de que necesite a alguien a quien querer, es que simplemente me
gusta quererte. Y me dirás que por qué a ti y no a otros. Que qué es lo que tú
me das que nadie más pueda darme. La verdad que no lo sé, y quizás sea la
incertidumbre lo que más me gusta. No estoy segura, pero por ahí irán los
tiros. Es ganas de saber, ganas de conocer más y de querer más. Tengo ganas de
querer más. ¿Que por qué? Tampoco lo sé. Yo ya no sé nada y menos si se trata
de ti, porque al final me has demostrado que estás muy lejos de ser ciencia
exacta, de eso a lo que yo llamo taxidermia emocional. Conceptualizar lo abstracto
es algo así como ponerle un límite al cielo. Sinsentido. También distas mucho
de eso que la gente llama vulgarmente amor. No son mariposas ni sonrisa de
idiota, así como tampoco es necesidad. Eres tú y soy yo. Es ser nosotros,
vincularnos de tal forma que podamos llamarnos como uno. Y no sé exactamente si
eso es a lo que la gente llama amor,
pero de lo que estoy segura es de que no sé describirlo. No sé decirte si te
quiero de aquí a la Luna porque nunca he ido, pero sí me has hecho irme del
mundo. Igual eso sí es amor y no solamente un te quiero de boquilla. Yo no entiendo eso de amor de rincones: andar
mucho para estar juntos en un solo cruce. No quiero amor de periferia ni que
suframos por no vernos. No quiero peleas de enamorados ni crisis por superar.
Quiero ser contigo y que venga lo que tenga que venir. Y si eso es amor para
algunos que lo llamen de tal forma, para mí somos nosotros y el resto a mí me
sobra.
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