lunes, 26 de febrero de 2018

Imagino.

Imagino que ver todo gris es cuestión de bruma, que no de broma, que la solución está en cerrar los ojos, apuntar alto, frotar tu vida y creer en ti. Porque todo pasa. No nos engañemos. Todo pasa: lo bueno, lo malo y lo regular, solo que tú eres quien decide si ir con eso que se te escapa o quedarte quieto agitando la mano como si le dijeras adiós. Porque al fin y al cabo, caminar, seguiremos caminando. Por eso nunca miro al frente, porque sé que aunque a veces no quiera mis pasos van a seguir su ritmo. Por eso miro al lado, porque en ti encuentro las mejores vistas. 

Imagino que prácticamente nada de lo que hoy pienso seguirá vigente en mi mente en veinte o treinta años. Y todo porque habré seguido mi camino. Eso también lo imagino porque me cuesta más bien poco hacerlo y porque tengo esa costumbre, ni buena ni mala, de vivir más tiempo sumida en lo que puede ser que en lo que es realmente. Al final lo único que consigo es volar. O dejar que me vuelen. No lo sé, el caso es que pocas veces me han dicho eso de tienes los pies en la Tierra , en cambio, muchas veces he tenido que oír eso de ¿estás aquí o en la Luna? Quizás sea pura casualidad. O no. Igual es parte del camino. No lo sé. Al igual que no sé nada. Nada de mí ni de la vida. Sé por lo que he pasado y de alguna forma sé por lo que estoy pasando, pero no sé qué es lo que voy a tener que pasar. No lo sé. No sé si túneles oscuros o acabaré en la cima del pico más alto de mi imaginación. No lo sé. No sé nada, ya lo digo, solo sé imaginar. 

domingo, 25 de febrero de 2018