domingo, 3 de diciembre de 2017

Contrato de no vida sin fecha de caducidad.

Como no debería sentirse alguien es
solo aun rodeado de gente, 
invisible pese a manifestarte, 
silenciado aun pidiendo ayuda a gritos. 
Muchas veces necesitamos el 
refugio de unos brazos, 
el calor de una sonrisa sincera o 
un pase lo que pase voy a estar ahí. 
Porque, creedme, la sensación de estar 
amarrado al vacío es agobiante, 
pues tienes palabra, 
sí, 
pero tu voz está callada. 
Entonces y siempre. 
Y llega ese momento en el que 
el abismo es tu hogar, 
en el que el estar solo es tu compañía y 
el silencio es tu arma de destrucción. 
O autodestrucción. 
Pues ya digo: no hay nada peor que 
sentirse solo estando rodeado de gente.